No pude evitarlo y se me saltaron las lágrimas, como a tanta gente alrededor del mundo. Había aprendido a admirar a ese hombre, uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, el más grande de toda la historia de los Angeles Lakers, un auténtico fuera de serie: Kobe Bryant.
Pero mis lágrimas no tenían tanta relación con la figura deportiva, pese a quien era. Estaba vinculada más bien a la persona. Porque cuando se llega a esas alturas del Olimpo, además de hacer cosas extraordinarias en baloncesto, se tiene una enorme responsabilidad: ser ejemplo e inspiración para los que están contigo, para los que te siguen, para los que vienen detrás, para los que te admiran.
Creo firmemente que a los grandes hombres, a los grandes líderes que inspiran desde el ejemplo, se les conoce en los pequeños detalles. Por eso me interesa tanto conocer en la medida de mis posibilidades como son esas personas en las distancias cortas, donde se ve el auténtico bagaje de alguien.
Desgraciadamente no tuve la suerte de tenerle cerca alguna vez, así que hay que basarse en testimonios, y según estos, Kobe Bryant no solo era un jugador excepcional: También era una persona excepcional (Paul McCartney, David Beckham, Gasol dixit).
Siempre me llamó la atención cuando Pau Gasol llegó a los Lakers, y como Kobe se convirtió en lo que para aquel fue desde entonces “su hermano mayor”.
Otros muchos testigos avalan que su persona poco tenía que envidiar a su talla como jugador. El haber nacido en otra cultura como es Italia también le facilitó una visión más global del mundo, además de su espíritu de aprendizaje, su remarcable carácter intelectual, su enorme sonrisa y lo que para mi refleja muy bien quien era, en boca de una de sus fans y mujer cercana:
“He was so kind, always with time for everybody” (“Era tan amable, siempre con tiempo para todo el mundo”).
Todavía se recuerda cómo tras ganar la final a España en las Olimpiadas se dirigió seguido de prácticamente toda la selección de Estados Unidos al banquillo donde lloraba Pau Gasol para consolarlo, o cuando recientemente aprendió unas palabras de esloveno para poder decir a Luka Doncic en su idioma que le dejara hacerse una foto a su hija (la que ha muerto) con él.
Hablaba perfectamente español (su mujer es de ascendencia mexicana) y es una de las personas que más hizo por el baloncesto femenino y de base en Estados Unidos, además de ser banderín de enganche impecable de este deporte.
Cuando millones de personas de los 5 continentes, de todos los perfiles posibles, de equipos rivales, de deportes que no son el suyo, cuando políticos, artistas, empresarios, obreros, funcionarios, estudiantes, jóvenes, mayores, mujeres, hombres entran en shock por la muerte de alguien, me da que esa persona era remarcable.
Y de entrada, creo que esa remarcabilidad. Parte de su grandeza como jugador pero también porque no debe ser nada fácil abstraerse de las alturas del éxito, del dinero, del poder y del mito para seguir siendo una persona cercana.Y él lo era.
Dicen los que saben que la mejor manera de identificar a un líder es comprobar cuanta la gente le sigue por voluntad propia. Y si hacemos caso a las cifras, él era un LÍDER CON MAYÚSCULAS.
Gracias por tu legado, Kobe, por tu inspiración, por tu magnífico anhelo de competir contigo mismo siempre para sacar cada día una mejor versión de ti y por habernos dado tantos buenos momentos de baloncesto y vida.
Que tengas mucha luz en tu nueva etapa, junto con tu hija y con los amigos y compañeros que también estaban contigo en ese aciago momento.
Ya eras leyenda, ¡ahora lo eres más!
¿QUIEN HA ESCRITO ESTE POST?
Josepe García. Es una de las primeras autoridades en España para emprendedores y profesionales del desarrollo de las personas que quieren emprender con éxito, además de uno de los pioneros del coaching en España e introductor de la formación de alto impacto en nuestro país. Director del Instituto Impact, de la Escuela de Oratoria para Empresarios y Creador de programas como «Top Speaker and Trainer» o “Vivir del Coaching”, ha tenido como alumnos u oyentes a más de 40.000 personas en EEUU, México, Panamá, Colombia, Perú, Chile, Francia y España; ha entrenado a más de 800 coaches, formadores, terapeutas, muchos de los cuales hoy son auténticas referencias. Con más de 2000 sesiones de coachings a sus espaldas, ha hecho crecer su empresa un 400% en los últimos 4 años. Es colaborador asiduo de la revista “Emprendedores”, empresario desde los 23 años, es coach profesional de ASESCO, miembro de ICF y AECOP, Coactive Coach por CTI, especialista en Inteligencia Emocional por la UCJC, trainer en PNL por el IPH y Master en Comunicación No Verbal con Joaquina Fernández. Es autor de la novela Best Seller sobre el Camino de Santiago ya en su 11ª Edición “Buen Camino”, o “PNL para líderes”.