Pues tiene esta trascendencia porque, y de una manera muy sencilla y directa, representan aquello que es lo más importante para ti en la vida, aquellas cosas que son o deberían ser innegociables. Nada más, y nada menos. Suelen ser definidos por una palabra (justicia, bondad, familia, amistad, libertad, disfrute, aprendizaje, etc, etc). Hay valores que son coyunturales: son importantes para ti en ciertos momentos de tu vida; y por otro lado se hallan tus valores primordiales, que son los que van, han ido e irán contigo siempre porque forman parte de ti y te hacen único.
Tu negocio o empresa es un fiel reflejo de lo que eres tú. Pero sobre todo, debe ser un fiel reflejo de lo que es importante para ti. Se trata de que al crear la cultura de tu negocio, estén presentes siempre tus valores, porque es la única fuente verdadera de la que manan la capacidad de automotivación, el disfrute y la plenitud en el trabajo.
¿te imaginas que uno de tus valores fuera el aprendizaje, y en cambio hubieras dirigido tu empresa a un punto donde haces todos los días básicamente lo mismo? ¿O que la familia es un valor básico para ti, y llevas años sin dedicarle el tiempo y la atención que sabes deberías dedicar, siempre dándote buenas excusas para seguir trabajando?
¿O lo es la libertad, y en cambio te sientes esclavizado y atado por tu negocio?
Y así podríamos seguir, y seguir… .
Ahora, hay dos preguntas que quiero hacerte:
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¿Sabes cuales son tus verdaderos valores?
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¿qué se puede hacer para alinear tus valores con tu negocio, y que funcione, que se generen cambios?
Como respuesta a la primera, tanto si sabes cuales son, como si lo intuyes, como si nunca te lo has planteado, te propongo 3 maneras de identificarlos:
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Vuelve a recordar un momento de tu vida donde hiciste algo en lo que estabas tan concentrado y disfrutando tanto, que perdías la noción del tiempo. ¿qué valores había presentes en ese instante?
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Piensa en 3 personas o personajes a los que admiras. ¿qué admiras específicamente en ellos? Esos serán valores importantes para ti
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Y por último, un ejercicio muy potente:
Visualiza que tienes 90 años, y te dan un homenaje. Se trata de imaginarlo con el máximo detalle. En el mismo, hablan de ti tu familia, amigos, compañeros, colegas, y exponen porqué has sido una persona estupenda. ¿qué dicen de ti?
Porque ahí estarán tus valores reflejados
Y en cuanto a qué hacer, detecta que es lo que no te llama, te tiene harto, te cansa, te aburre, en tu día a día laboral. Es una pena encontrar a tantos empresarios que ya han alcanzado el «éxito exterior», y en cambio están a años luz del «interior», por no vivir sus valores.
Y una vez detectados cuales son, hazte las dos siguientes preguntas:
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¿hasta cuando me puedo permitir seguir trabajando así?
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¿qué puedo hacer diferente a partir de …?
Piensa que como decía un sabio budista, el problema es que creemos que tenemos tiempo.
¿has tenido alguna vez la sensación de no haber hecho nada durante el día, y en cambio no has parado? Eso quiere decir que no has hecho relevante para ti en esa jornada, que has perdido ese día de tu vida. Esto es muy fuerte, ¿no crees? ¿te lo puedes permitir?
Por ello, te invito a que honres lo mas que puedas tus auténticos valores todos los días en tu negocio, y la plenitud la tienes garantizada.
Y si tienes socios, pon en común ya con ellos vuestros valores, y alineadlos en la mayor medida de lo posible, si no queremos la disensión o el desastre a medio plazo.
Y sobre todo, piensa que todo lo que haces no tiene sentido si no vives tus valores. Además, eso se reflejará en tus éxitos, en tus clientes, en tus relaciones, etc. Alinea tus valores con tu negocio, pero no lo dejes para mañana. Posiblemente sea la mayor clave de la prosperidad y de la satisfacción que existe.